Hablamos con varios y reconocidos personajes de la red hispana, quienes nos hablaron de sus comentaristas, de sus followers y de ellos mismos. Aparecen Nacho Villoch, Jose Daze, Antonio Delgado, Ángel Barbero, Sebas Muriel, e Ícaro Moyano.
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4 comentarios:
Curioso que esto de los egos digitales... parece que es sólo cuestión de hombres...donde anda el ego de las féminas?
Como dice alguien el el vídeo, "creo que soy muy mayor y muy pequeño" y no me encontré el ego digital por ningún lado. Mis followers son mis amigos, conocidos y, ahora, (lo siento por vosotros), los compañeros de algún curso. Igual es porque no pertenezco a ningún círculo de influencia o porque no me he preocupado de generar contenidos con la calidad y periodicida suficiente. Mi pregunta es: ¿doctor digital, tengo cura?Es interesante conocer este debate entre los "gurús" de la red.
Creo que no tengo los suficientes conocimientos digitales para tener EGO( he tenido que buscar followers y Ego-surfing), pero en esta busqeda de términos he encontrado una reflexión buena: En Internet sucede algo que también sucede en la vida real y es que no es lo mismo popularidad que importancia: Busquemos cual es el número Google ( TB lo he aprendido hoy) de Belen Estebán :1.460.000 y luego busquemos el de Rosa Montero: 1.220.000 : Sobran comentarios.
Otro Punto de vista es que el Ego es el pequeño precio que tenemo0s que pagar para disfrutar de los comentarios/artículos, conocimientos de los otros.
PD.¿Resistiré la tentación de buscarme en Google?
Creo que quien se toma la molestia de escribir su propio blog y de mantenerlo vivo, es porque tiene cosas que decir y que, además, si tiene seguidores habituales es porque merece ser escuchado. Cuando estamos sobrecargados sensorialmente por la información, ser un follower y comentar lo publicado por sus bloggers favoritos significa que para ti ese comentario merece al menos un momento de reflexión.
No me parece mal tener ego cuando realizas un trabajo serio, merecedor de recibir opiniones, estable en el tiempo y que además puede ser valorado por su influencia en un determinado sector o sobre un determinado tema. ¿Criticable? Creo que no. Por el contrario, debería servir como ejemplo a los que nos reservamos las opiniones en petit comité.
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